viernes, 9 de septiembre de 2011

Nuevo material para recomponer rostros desfigurados

Se ha conseguido desarrollar un nuevo material líquido que, a juzgar por los resultados de los primeros experimentos en ratas y humanos, promete poder restaurar de modo relativamente seguro y duradero zonas del rostro humano que presenten tejidos blandos destrozados o ausentes.

El material, desarrollado por ingenieros biomédicos de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, es un compuesto de moléculas biológicas y sintéticas. El material se inyecta bajo la piel y luego se "fija" usando luz para que forme una estructura más sólida, de modo similar a como se emplea el frío para formar gelatina en un molde. Los creadores de este material creen que el producto podrá algún día ser usado para reconstruir rostros desfigurados de personas. Sin embargo, advierten que el material, aunque es prometedor, aún no está listo para un uso clínico generalizado.


Los materiales biológicos implantados pueden imitar la textura de los tejidos blandos, pero por regla general tienen una vida corta en el cuerpo. Por su parte, los materiales sintéticos tienden a ser más duraderos, pero el sistema inmunitario los puede rechazar, y por lo general no se combinan bien con el tejido natural circundante.

El material compuesto, desarrollado por el equipo de Jennifer Elisseeff, profesora de oftalmología de la Universidad Johns Hopkins, tiene lo mejor de ambos mundos: la mejor compatibilidad con el cuerpo, propia de los componentes biológicos, y la mayor durabilidad, que es típica de los componentes sintéticos.

Los investigadores crearon el singular material a partir de ácido hialurónico, un componente natural de la piel en las personas sanas y jóvenes, que confiere elasticidad al cutis, y polietileno glicol, una sustancia sintética utilizada con éxito como pegamento quirúrgico en operaciones y del que no se tiene constancia de que cause reacciones inmunitarias severas.

En particular, el equipo tiene grandes esperanzas en el uso del compuesto en personas con rostros desfigurados, quienes, además de los graves problemas físicos que afrontan, sufren un trauma psicológico y una inevitable presión social.

Cuando los cirujanos plásticos reconstruyen tejidos blandos, se enfrentan a un reto más difícil que el de un escultor, ya que el material con el que el cirujano trabaja no permanece estable como la piedra sino que experimenta cambios constantes. Por eso, recrear la forma natural de unas facciones a menudo requiere de múltiples cirugías y pueden quedar cicatrices. Muchos de los rellenos cutáneos disponibles en el mercado que consisten de materiales similares al ácido hialurónico sólo son efectivos temporalmente, y tienen una capacidad limitada para recomponer áreas grandes de la cara.

El equipo de Elisseeff espera desarrollar un producto más eficaz para las personas que necesiten una reconstrucción facial extensa.


Fuente:
http://noticiasdelaciencia.com

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